La Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Coria-Cáceres ha lanzado una nueva edición de su tradicional campaña navideña, destinada a recoger juguetes y material escolar para los hijos e hijas de los internos de los centros penitenciarios. En la pasada edición de la campaña, se benefició a 125 niños de 67 familias, de las cuales 60 residían en Extremadura y 7 en otras partes de España. Este año esperan superar la cifra
Esta campaña, que tiene como objetivo hacer llegar la magia de la Navidad a aquellos niños y niñas que, por diversas razones, no pueden disfrutar de la presencia de sus padres y madres en estas fechas tan especiales, se ha convertido en una de las iniciativas más entrañables y solidarias de la diócesis.
El Delegado Episcopal de Pastoral Penitenciaria, Eliseo Ruano, presentó la campaña en una rueda de prensa junto a los voluntarios Rosa Cilleros y Pedro Escalante, destacando que, a través de este proyecto, los internos tienen la oportunidad de enviar un mensaje de amor y cercanía a sus hijos. «Lo que buscamos es que esos niños que no pueden pasar la Navidad con su padre o madre reciban un regalo, acompañado de una carta personal, para sentir que sus progenitores siguen pensando en ellos», explicó Ruano.
La campaña no solo se dirige a los presos, sino que involucra activamente a la comunidad. «Pedimos que cada familia que participe en la campaña, si tiene dos hijos, adquiera tres juguetes: dos para sus hijos y uno para el hijo de un interno», comentó Ruano. De este modo, se espera lograr una gran respuesta solidaria que permita entregar regalos a un número significativo de niños y niñas. Además, la campaña también busca la colaboración de diversas asociaciones y grupos sociales que, año tras año, se suman a esta causa.
El apoyo de organizaciones como Cáritas, la Fundación Valhondo y el Obispado de Coria-Cáceres, así como la colaboración de los internos, ha sido fundamental para que esta iniciativa siga adelante. «Gracias a todos los que nos ayudan, desde los internos hasta las instituciones que nos respaldan, podemos hacer posible que cada niño reciba su paquete navideño con el cariño de su padre», añadió Ruano.
Rosalía Cilleros, voluntaria de la Pastoral Penitenciaria, detalló los procedimientos de la campaña. Cada interno que desee participar debe rellenar una ficha con los datos del niño (edad, sexo y dirección), junto con una carta dirigida a su hijo o hija. Este gesto, según Cilleros, tiene un valor simbólico muy importante, ya que no solo facilita la entrega del regalo, sino que también puede ser una oportunidad para que el interno recupere el vínculo con su familia.
Una vez finalizada la fecha de recogida, el voluntariado de la Pastoral Penitenciaria procede al embalaje y envío de los paquetes. Cabe destacar que, en todo momento, se respeta la situación particular de cada familia, atendiendo a casos especiales como órdenes de alejamiento o la presencia de los niños en centros de menores, con los que se mantiene una sensibilidad especial para garantizar el bienestar de todos los involucrados
Por su parte, Pedro Javier Escalante, también voluntario, destacó la importancia de la sensibilización social en esta campaña. «Esta acción es parte de un esfuerzo mayor por acercar la realidad penitenciaria a la sociedad y fomentar la reinserción social de los internos«, señaló Escalante. “El número 25 es el nexo de unión entre nuestra condición de ciudadanos y de creyentes. Es el artículo 25 de la Constitución, que habla sobre la reinserción del interno, y el capítulo 25 de Mateo, que nos invita a visitar a los presos», destacó.
Además, recordó que la fecha límite para entregar los juguetes y material escolar es el 22 de diciembre, y que los puntos de recogida se encuentran en todas las parroquias, la Casa de la Iglesia y el Seminario.