Cañaveral, mayo de 2025 – El próximo jueves 29 de mayo, a las 17:30 h, el pueblo de Cañaveral volverá a vestirse de color, tradición y devoción con la entrañable celebración de “Echar el Mayo”, una costumbre popular que conjuga elementos paganos y cristianos, y que se ha conservado con mimo a lo largo de generaciones.
La jornada comenzará en la ermita de San Roque, donde los niños del pueblo, portando cruces de madera decoradas con flores, se las ofrecerán a la Virgen de la Consolación, rezando una sencilla oración. Desde allí, comenzará un recorrido por los cruceros históricos del municipio: la cruz del Atrio, la cruz del Cardal, hasta llegar a la charca del Cardal, lugar donde tendrá lugar el momento central: “echar el mayo” al agua.
“Echar el Mayo” hunde sus raíces en antiguos ritos primaverales, en los que se celebraba la fertilidad, la vida y el renacer de la naturaleza. Con la cristianización de estos festejos, la cruz pasó a representar el triunfo de la Resurrección de Cristo, engalanada con flores como signo de vida, esperanza y redención.
La peculiaridad cañaveraliega de lanzar las cruces floridas al agua, convertidas en pequeños barcos de juguete, dota a esta celebración de un simbolismo profundo: la cruz, bañada en las aguas del Cardal, recuerda el agua que brotó del costado de Cristo, fuente de nuestro bautismo y salvación. Lo que fue signo de muerte se transforma en instrumento de juego, alegría y fe para los más pequeños.
Durante el recorrido, los niños y niñas van pidiendo dulces a los vecinos, quienes los reciben con sonrisas y caramelos, animando una procesión festiva que llena las calles de Cañaveral de color, canto y risa. Esta expresión viva del pueblo, a medio camino entre la catequesis y el folclore, es una catequesis visual, una fiesta de la Resurrección adaptada al lenguaje de los niños, que reconocen en la cruz el símbolo glorioso del amor de Dios.
“Echar el Mayo” no es sólo una tradición: es identidad colectiva, es un rito que educa, une y transmite. Unir a los niños con la Cruz, mostrarles que en ella hay belleza, esperanza y alegría, es una tarea pastoral y cultural de valor incalculable. Por eso, la Parroquia de Santa Marina de Cañaveral invita a todas las familias a participar y mantener viva esta costumbre tan singular.
Este jueves, las cruces volverán a navegar en el Cardal, llevando en su viaje los sueños, oraciones y risas de los más pequeños. Porque en Cañaveral, la Cruz no se arrastra, se alza, se adorna y… se echa al agua como promesa de vida nueva.