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Un pregón para San Roque con limas y corazones

Fecha: 15 de August de 2024

Publicamos el pregón 2024 escrito por el Párroco de Santa Marina de Cañaveral D. Miguel Ángel Morán Manzano en una noche llena de premios, amabilidad por parte de las autoridades municipales, acogida de todos/as los vecinos y las vecinas, mucha luz y alegría:

Pregón de las Fiestas de San Roque en Cañaveral 2024

“San Roque, las limas y tú (cañaveraliego/a)”

“Hay mayor alegría en dar que en recibir” (Hch 20, 35)

Muchísimas gracias a nuestra Alcaldesa, Dª. Llarina Flores Martín, a la teniente de alcaldesa, Dª. Ana Isabel Valle Miguel, y a toda la Corporación, a la Comisión de Fiestas, por haberme honrado con el título de Pregonero. Aunque llevo solo dos años entre vosotros, me siento como uno más, “El kurina” para todos. No hay orgullo ni responsabilidad más grande que subir al balcón del Ayuntamiento de Cañaveral, sentirme como uno de vosotros y vosotras, para dar comienzo a las Fiestas de San Roque.

A un cura se le dice que su familia es el pueblo al que es destinado. Así siento a todos los cañaveraliegos y cañaveraliegas: ahora vosotros sois mi pasión y mi amor. Hoy, quiero hablaros del paralelismo que une tres elementos que definen a Cañaveral: nuestro patrón San Roque, la humilde y poderosa lima que crece en nuestras tierras, y, por supuesto, vosotros, los habitantes de este pueblo, cuyas virtudes son dignas de ser celebradas y comparadas con lo mejor de la vida y la fe.

San Roque, aquel hombre que dejó todo por los demás, es un ejemplo vivo de generosidad. Al igual que él, los habitantes de Cañaveral son conocidos por su hospitalidad y entrega. Cuando San Roque vendió sus posesiones para darlo todo a los pobres, lo hizo con un corazón desprendido, similar a cómo cada cañaveraliego y cañaveraliega se implica con desinterés en las actividades del pueblo, vosotros también cuidáis de los vuestros. La solidaridad es nuestra marca, tal como el Santo atendió a los enfermos y necesitados, vosotros os volcáis en ayudar a quien lo requiere, ya sea a través de voluntariados como Cáritas o enseñando a los más pequeños en la catequesis, o  ayudando como lo hacen las limpiadoras del templo, las sacristanas, los organizadores de las fiestas, los mayordomos, las cofradías, las hermandades, las asociaciones, las peñas dando vuestro tiempo y esfuerzo, sin esperar nada a cambio, siempre pensando en el bien de todos.

La lima, esa fruta tan característica de Cañaveral, que en su historia definió al mismo lugar, por su parte, es una fruta que aporta múltiples beneficios para la salud, al igual que este pueblo sana el espíritu con su calidez y fraternidad. Así como la lima fortalece el sistema inmunológico, aquí en Cañaveral, la defensa de nuestras tradiciones nos une y nos mantiene fuertes. Las Fiestas de San Roque, por ejemplo, son un símbolo de esa unidad, una manifestación de nuestra identidad que jamás se perderá.

San Roque, en su devoción y sacrificio, encontró en su soledad el consuelo en la fe, de la misma manera que vosotros, habitantes de Cañaveral, encontráis paz y fortaleza en la comunidad. Cuando las adversidades nos golpean, como la fiebre que reduce la lima, todos aquí os unís para enfrentar las calamidades, sin dejar a nadie atrás. Recordemos cómo el santo, enfermo y desahuciado, fue ayudado por un simple perro. Aquí, en Cañaveral, nadie queda desamparado; siempre hay una mano amiga, como lo hace la lima al aliviar las fatigas.

Cuando San Roque se retiró al bosque, enfermo y solo, un perro le llevaba pan diariamente, y un manantial de agua cristalina brotó para aliviar sus sufrimientos. Este milagro nos recuerda que, incluso en los momentos más difíciles, la naturaleza y la bondad de los seres vivos nos sostienen. Así, la lima, con sus propiedades desintoxicantes, refleja vuestra capacidad para purificar y renovar el espíritu de Cañaveral, limpiando las impurezas de la vida y protegiéndonos contra el mal. Siempre habrá un hombro amigo que te sostendrá en esta vecindad.

Las propiedades curativas de la lima son muchas, y cada una de ellas se puede relacionar con las virtudes de los cañaveraliegos y las cañaveraliegas. La lima ayuda a tratar males del cuerpo, al igual que vosotros os preocupáis por los vecinos del pueblo, siempre atentos a quienes necesitan un cuidado especial. No faltan las visitas, los rezos y el interés por los demás ¿Cómo anda fulano? ¿Qué le pasa a mengano? La lima colabora en el tratamiento de la acidez estomacal, como vosotros digerís con paciencia los malos tragos de la vida, sabiendo que la unión y la amistad pueden sanar cualquier herida.

Cuando se habla de la belleza de Cañaveral, no solo se trata del paisaje, del Arquillo, del cancho de la silleta, del templo gótico, del puerto de los castaños, las típicas chimeneas, las siete ermitas, sino también de las personas que aquí habitan. La lima, que previene problemas de vista, nos recuerda que este pueblo es hermoso a la vista y al corazón. Y cuando la lima ayuda a prevenir el estrés, pensamos en el ritmo tranquilo de nuestra vida aquí, tan diferente al bullicio de la ciudad, un lugar donde se puede respirar paz y calma. Por eso los cañaveraliegos y cañaveraliegas que tuvieron que salir por necesidad, siempre vuelven al pueblo, aunque sea para festejar la rural fraternidad.

En momentos de desgracia, como cuando San Roque se dedicó a atender a los más desvalidos, vosotros también os unís para ayudar, demostrando una solidaridad inquebrantable, que no se queda en palabras, lo dicen las diferentes campañas solidarias, como obras de caridad sin fronteras. La lima ayuda a reducir la fiebre, y de la misma manera, cuando una tragedia golpea, todos en Cañaveral os unís como una sola familia para apoyar a los que lo necesitan. Fiel reflejo son las celebraciones de la Iglesia como los entierros, nadie falta para la condolencia, la iglesia se hace pequeña.

Y en esta comparativa no podemos olvidar las peñas, las que dan vida y color a nuestras fiestas. Cada una, con su propio carácter y alegría, es como la lima, que aporta su dulzura y vigor a quien la prueba, en orden alfabético, sin distinguir antiguas y nuevas, porque no hay edades, sino expresión de vivencias: Ángeles (57-62 años), Apagón (55-60), Apodos (65-75), Azquerozos (50-54), Calimocho (57-60), Caraja, Caza Resacas, Cebollazo, Chiqueros, Chikuelina (40-46), Chupinazo, Cinco Copas demás, Colgaos (14-16), Cuadrilla, Cubatón, Descontrol (20), Desmadre (16-18), Disloke (23-24), Ezcandalozos (55-60), FBI (Federación de Borrachos Independientes) (60-65), Fragoneta (40-50), Gorroneros, Horóscopo (57-65), Ilegales (45-50), Indígenas, Inhumanos (40-45), Jarana, Kedaos (26-33), Kolocón, Las de siempre, La unión hace la juerga, Maroma (45-50), Mecha, Palmera, Patata (65-75), Perkutios, Piratas del Cacique (23-24), Quince (90), Rebeldes, Recorte (35-40), Revolkón (28-29), Semos Asina, Tenca (70-80), Teta Negra (50), Tintorro, Toril (70-80), Tragaldabas (34-35), Valdarras (33-34), Veinte de Copas (29), Zaragatas (30-33), Zebollazo, Zeda el Vaso, Zujeros (45-50 años).

Estas peñas son el corazón palpitante de nuestras fiestas, donde la alegría y la comunidad se entrelazan, haciendo que cada rincón de Cañaveral vibre al unísono con añoranza. Como la lima que favorece la curación de heridas, estas peñas sanan las almas con risas, música y compañías.

San Roque, la lima y vosotros, los cañaveraliegos y las cañaveraliegas, sois tres caras de la misma moneda: la moneda de la bondad, la generosidad y la solidaridad. Que estas fiestas de San Roque sean un reflejo de todo lo que somos y que, al igual que nuestro patrón, sigamos siendo un pueblo dadivoso, hospitalario y lleno de amor por el prójimo.

Al final, como San Roque, que al morir dejó una marca indeleble en la historia y en los corazones de muchos, vosotros, queridos cañaveraliegos y cañaveraliegas, dejáis una huella profunda en la vida de quienes tienen la fortuna de conoceros. Las fiestas que hoy inauguramos son la expresión de esa unión, de esa largueza, y de esa dulzura que caracteriza a Cañaveral.

Que estas Fiestas de San Roque sean, como la lima, refrescantes y llenas de vitalidad, que nos curen de las penas y nos llenen de alegría.

¡Viva San Roque! ¡Viva Cañaveral! ¡Viva cada uno de vosotros! que hacéis de este pueblo un lugar tan especial ¡A disfrutar y a festejar!